Google recurre a DeepMind para competir contra la omnipresente OpenAI

Google recurre a DeepMind para competir contra la omnipresente OpenAI

La hegemonía de OpenAI y su ChatGPT en el campo de la inteligencia artificial que ha causado un terremoto en el sector tecnológico estas últimas semanas podría tener los días contados, ya que Google está trabajando con DeepMind (Alphabet) para competir directamente con la referente en el mercado.

Bajo el nombre de Gemini, esta cooperación histórica busca superar el primer intento de inteligencia artificial conversacional de Google llamado Bard y que por el momento no ha logrado ponerse al nivel de OpenAI en cuanto a popularidad e impacto mundial se refieren, según ha adelantado The Information.

Fuentes conocedoras del proyecto indican que Gemini se quiere basar en un gran modelo de lenguaje que incluye hasta un billón de parámetros, y podría ser mucho más abierto que OpenAI, el cual no divulga ninguna información sobre la arquitectura, el tamaño y los datos de entrenamiento utilizados en sus informes.

La curiosidad de investigadores, empresas competidoras y el público está creciendo sobre este nuevo proyecto apadrinado por Google, mientras la gigante tecnológica sigue en proceso de integrar aplicaciones de IA en sus propias líneas de productos, tal como lo está haciendo Microsoft con OpenAI en los suyos. Además, otro de los pilares de Google, sus servicios en la nube, han comenzado a implementar funciones de inteligencia artificial.

Además, The Information asegura que Google habría utilizado datos de ChatGPT de OpenAI para entrenar a su propio chatbot, Bard, a partir de información recogida de un portal llamado ShareGPT, donde los usuarios de ChatGPT comparten las conversaciones que mantienen con este servicio, según un antiguo ingeniero de Google.

Bard, el chatbot de Google basado en la tecnología de conversación Languaje Model for Dialogue Applications (LaMDA), con el que espera potenciar la experiencia de búsqueda para ofrecer “respuestas actuales y de alta calidad” estaría aprovechando el repositorio de Open AI, algo que ha negado rotundamente el portavoz de Google, Chris Pappas.

La apuesta de Google confirma sin lugar a dudas que se está dando una especie de carrera armamentística con el objetivo de desarrollar la IA más avanzada, lo que deja atrás rápidamente las regulaciones, como la Ley de IA de la UE, que se está viendo obsoleta y dejaría atrasada a Europa en este aspecto cuando entre en vigor.

Esta rápida expansión e inversión para el desarrollo de las inteligencias artificiales hace que globalmente los proveedores más pequeños no tengan respuesta para contrarrestar la lucha de los gigantes debido a su penetración en el mercado.

Tanto es así que en Alemania, la Oficina Federal de Monopolios inició procedimientos contra Microsoft a finales de marzo por abuso de su poder de mercado, teniendo muy en cuenta la implementación de aplicaciones de IA en toda la cartera de productos, la cual juega un papel destacado a la hora de falsear la competencia, según el gobierno germano.

De esta forma, Google busca dar respuesta ante la preocupación que ha generado ChatGPT y su empleo en los buscadores de todo el mundo, temiendo que se puedan comer el pastel que hasta ahora parecía intocable para la compañía fundada por Larry Page y Sergey Brin: desde enero están buscando la forma de contrarrestar el avance de OpenAI.

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